Caracas, Bolívar y Yo

Nací en Caracas, pero crecí en un pueblito a 20 minutos, sin tráfico, de la ciuad capital. Así, me crié con el frío, con amigos inocentes y sin carro hasta después de graduados. Caracas fue, por mucho tiempo, la del paseo, la de las compras sofisticadas, el CCCT los domingos con los globitos de helio y el helado de yogen frûz. Las aventuras eran patinar en los próceres sin caerse por la falta de mosaiquillos o los niñitos en bicicleta, que en su cortejo contemplaban atropellarte. El centro de caracas era el safari, una vez a la cuaresma, siempre peligroso, siempre con historias y libros debajo de los puentes.

Así fui creciendo. Así, cuando ya me había aprendido el libro gordo amarillo de "cátedra bolivariana" y era la subversiva de las letras en un bachillerato "en ciencias", haciendo comparaciones entre los Monagas y #Esteban, así llegué a 5to año, con la responsabilidad sobre las hormonas, la identidad incipiente y la inocente utopía de los 16. Pero eso sí, con ese orgullo, o en el peor de los casos con el conocimiento bien machacado, con el que todos (al menos hasta mi generación) "conocimos" al Padre de la Patria, al Libertador.

Mi historia con Caracas es bastante parecida a la mía con Bolívar. Ambos me pertenecieron siempre por gentilicio, por tierra, por sangre, por la partida de nacimiento con sello y estampillas. Pero de ambos crecí distante, viviéndolos y descubriéndoles con mis gustos y disgustos, aunque siempre con admiración: la Capital, el Libertador.

Con los años, y por aquella maravilla que se llama universidad, el frío se quedó en Los Altos Mirandinos, y mi vida bajó hasta la Capital. Para ese momento, ya pasados los 2 años de la formación de la V República, Bolívar se estaba convirtiendo en una figura de chapas y graffitis, de discursos mal escritos y bien pronunciados, de redundancias y conflictos contradictorios.

Jardín interno del Museo de Bellas Artes, Caracas 25 de julio 2010
Redescubrí Caracas desde 2003, me enemisté con su caos, con el tráfico, con la delincuencia y los encuentros que tuve con ella. Me enamoré de Tierra de Nadie y la Síntesis de la Artes. Me resigné a ceder espacios a quienes practicaban la intolerancia, me ilusioné con el Museo de Bellas Artes y mis visitas cómplices de un amor casi-turista, soñé con el Ávila a cuestas, y me divertí con la noche de El León. Conocí tímidamente la Biblioteca Nacional, y fue entonces cuando en una visita hasta sus puertas me reencontré con Bolívar.  No pude entrar, y los que andaban conmigo en el "tour" del centro ya querían irse. Me fui con la reflexión: nunca te he visto en tu homenaje Libertador.

Así pasaron los años. Con la excusa de los seminarios de fotografía y mi reflex arcáica, me lanzaba mis safari al centro de Caracas, más seguido. Siempre me gustó, siempre le temí.

Intenté entrar al Panteón un par de veces, estuvo cerrado. Me quedaba con la vista panomárica desde la grada de granito negro que quema el trasero y te exige sacrificio si deseas disfrutar sentada de la vista.

Así, cuando luego de cruzar fronteras y pegarle gritos a la hostilidad que amarga mi Caracas, en una de esas relaciones enfermizas de amor y odio, culpé a mi amante "Ccs" de todos los males. Me divorcié, me comprometí con la bohemia Buenos Aires,  le fui infiel con la fresca y elegante Bogotá, y hasta tuve un affair con la catira oxigenada de acento cubano: Miami. Con Bolívar pasó igual, pero menos promiscua. No me divorcié, sólo me aburrí de su acoso de pacotilla, le creí a los "mete casquillo" y lo abandoné, lo eche al olvido.

Pero volví, volví madura y con unas cuantas clases de política, ciudadanía y desarrollo en la piel. Volví con el apellido de casada que no se borra: el gentilicio. Y bueno, es difícil porque sigue el caos, aumenta la delicuencia y los gobernantes inundan la ciudad en desidia y hostilidad, pero no es su culpa, eso ya lo entendí. Con Bolívar igual, me fastidia que lo fastidien con machaqueos e incongruencias, y aún lo tengo ahí, en el lado donde no se quiere mucho a la gente, pero lo reconozco, y lo tengo, mientras el tiempo me brinda el conocimiento para serle leal a los hechos.

En ese proceso ando, nos caemos a gritos de vez en cuando, los dos o los tres juntos, depende. Pero hoy ocurrió algo mágico. De esas cosas que uno no hace por sí sólo, pero que para algo existen complementos en la vida.

Hoy Caracas cumplió 443 años, ayer el Libertador también cumplió los suyos, pero como al pobre últimamente le tienen un circo montado los irrespetuosos del verbo y el espíritu, no lo felicité. Sin embargo sí quería reconocer Caracas, reencontrarme con sus calles y envolverme en plástico impermeable para que no me mojara la inseguridad y la hostilidad.

Así, llegué al Panteón Nacional con un complemento, "¡Verónica por Dios! ¡¿cómo es eso que le quieres decir a Bolívar que no todos estamos locos, que todavía queda gente decente y luchadora en este país?! la loca eres tú..." para luego reparar los juicios diciendo "¡Si ya lo exhumaron! quién sabe, capaz Bolívar ya ni está ahí... si es un espíritu háblale desde aquí, que ese está en todos lados".

Así, por tercera o cuarta vez, me quemé el trasero en las gradas de granito negro, porque nuevamente las puertas de su panteón estaban cerradas. Aún cuando ésta vez, y estoy segura que por castigarme la lengua, le "hablé" desde fuera, y le dije: "Disculpa, tu estás como Caracas, tampoco es tu culpa". Le tomé una foto y comtemplé la imagen congelada con una nostalgia extraña.
Panteón Nacional, Caracas 25 de julio de 2010

Me sentí satisfecha, feliz y hasta turista reconociendo lugares "cedidos" de mi Caracas, fue una sensación sabrosa. En eso apareció la magia de Verónica. A mí me dicen "no se puede" y yo vuelvo cuando se pueda o me busco la alternativa, a Verónica le dicen "no se puede" y ella dice "ay señor no sea malito, sabe que sí... bla bla yara yara", y no es que lo dice y ya, cualquiera puede decirlo, pero a ella le creen y se identifican con su "pena". El Panteón estaba cerrado, y por Verónica: entramos al Panteón.

Entré por la puerta de confianza, y tuve el privilegio de no compartirlo con nadie, bueno sí, lo compartí con la que iba a decirle que no todos estábamos locos. Ella casi se mete a hacerle cariños a Simón en la tumba, yo en cambio dudé en subir las escaleras, hasta que el muchacho que nos coló me dijo "tranquila, sube".

Debo confesar que este reencuentro era necesario, y creo que todos los venezolanos deben experimentarlo (no hace falta tener el privilegio de una Verónica, vayan de Martes a Domingo de 10am a 3pm). Fue mágico, y quizás me llamen loca a mi también, pero es una vibra extraña. Es abrumador sentirse bajo el mismo techo de cuidadosos detalles, bajo el pincel de Tito Salas, los mármoles blancos y la custodia de Urdaneta, José María Vargas, Santiago Nariño, Joaquín Crespo y los hermanos Monagas, ahora también con la presencia femenina y "simbólica" de Manuelita Sáenz. Es algo así como "¡Epa! esto no lo describe el librito de cátedra bolivariana, esto tiene sensación de lucha, energía de superación".

No, no exagero. No se si es por el momento histórico y el "ataja perros" que tenemos algunos con muchos de nuestros símbolos y hasta colores, pero de verdad, visitar al Libertador, y sentir, que a pesar de los intentos, su energía y espíritu libertario están intactos y sin tintas neo-políticas, es mágico. Tan mágico que es difìcil plasmar palabras con esa energìa.

Este fue el mejor regalo de cumpleaños para mi Caracas (aunque luego de eso la seguí disfrutando y recorriendo), y la más productiva reconciliación entre Bolívar y Yo.

P.D: este post fue escrito el 25 de julio de 2010, publicado en esta fecha por la demanda de algunos que se atreven a leerme... "me gustarìa leerte una historia bonita"

#GrasiaChiabeTQM

¿Cuánto hace falta para permitir que un país con un ingreso de 500.000 millones de dólares en 10 años, se encuentre actualmente en medio de cifras rojas en todos sus aspectos socioeconómicos? ¿Cómo es que con el gobierno "democrático" más largo de la historia de Venezuela, se esconden las cifras diarias de muertes violentas, secuestros y hasta salarios de sus altos comisionados; y que ese mismo gobierno tenga en su haber una larga lista de presos políticos, un canal de televisión y más de 34 radios cerradas, un sin fin de llamados de atención y alertas de organismos internacionales sobre la situación de derechos humanos y libertad de prensa? ¿Cómo se puede explicar que con los mayores ingresos de la historia, un gobierno que ha tenido más de una década para desarrollar sus planes de gobierno en completa y absoluta mayoría administrativa, tenga una inflación del 60 al 100%, desabastecimiento de productos básicos, crisis de los sistemas de salud y educación, inseguridad desbordada hasta el punto de colocarse entre los 20 países más violentos del mundo, teniendo la cuarta ciudad más peligrosa del planeta como capital?

En tres palabras: ineficacia, exclusión y cleptocracia.

La incapacidad de gerencia, la falta de visión y de acción, sumada a una negación de sectores diferentes a los empoderados, y cerrando con guinda: la complejización de procesos que amparados en la ceguera de la justicia, fueron el campo fértil para elevar el "mal haber" a exponenciales niveles de institucionalización y descaro. Conclusión, lo que no supieron hacer, no se lo dieron a quienes pudieron haber hecho mejor labor; y lo que pudieron hacer lo dejaron a la des-vigilancia de la corrupción. El resultado: un país a pedazos.

Por cifras (las palpables, las concretas, las arbitradas), la administración del Presidente Hugo Chávez no da para una evaluación positiva. Si hubo el dinero, el apoyo popular y el respaldo, que le brindó desde una nueva Constitución hasta un simpatizante (casi discípulo) en cada uno de los ministerios y entes claves, ¿cómo se justifica una gestión "democrática" de más de 10 años, con los saldos que hoy brinda?

Ya que el odio fortalece a quien lo provoca y envenena a quien lo siente ¿qué se le dice a quienes hoy no tienen casa porque el gobierno que menos construcciones habitacionales ha hecho en la historia venezolana es el de Chávez? #grasiachiabetqm ¿qué contestamos a los familiares desconsolados cuyos seres queridos se cuentan entre los 123.091 homicidios entre 1998 y lo que llevamos de 2010? #grasiachiabetqm ¿cuál pudiera ser la respuesta ante los habitantes del interior del país que carecen de un servicio estable de electricidad, ante los empresarios y trabajadores que ven limitada su producción por la crisis de energía eléctrica? #grasiachiabetqm ¿qué palabras se nos ocurren para darle aliento a quienes se enfrentan a una ciudad cuyo servicio de transporte es una verdadera prueba de supervivencia? #grasiachiabetqm ¿qué podemos decir cuándo la canasta básica de alimentos se calcula este mes en Bsf. 5.484,52, y el salario mínimo (para quienes al menos gozan de empleo) es de Bsf. 1.223,89? #grasiachiabetqm

Este post lo escribo, porque a los venezolanos, esos que tenemos por única bandera la tricolor, los que tratamos de hacer un mejor país sin militancia y con ciudadanía, tratamos de sacar cuentas positivas, tratamos de no envenenarnos haciéndole el favor a quienes en 10 años no han sabido gobernar, ni a los que tampoco han sabido capitalizar el descontento y promover un cambio que pare de una vez por todas con la fractura estructural del país... a esos venezolanos nos hace falta un hilo de cordura en esta locura de aguante.
#grasiachiabetqm es una etiqueta en twitter producto de la creación colectiva del equipo de @codigovenezuela, en especial de @esparzari y @capelaez, quienes con humor tomaron los modismos con los que muchos se dirigen al Presidente para crear una etiqueta que le impida, a Hugo, tercerizar sus responsabilidades en la realidad del país.
Estas líneas las escribo para darle razón y sentido argumentativo a lo que gritó mi alma el viernes 23 de julio a las 3:01am: Mi familia, bendecida y maravillosa, vivió en cuerpo y alma lo que han pasado miles de personas en esta patria. Uno de sus miembros, con miembrecitos incluidos, partió. Mi hermana, mujer de temple, emprendedora, joven, inteligente, madre de 2 hijos eligió alejarse de su apoyo, de su sangre, de su tierra, por un mejor futuro, por cosas sencillas que ya no tenemos: porque sus niños puedan andar bicicleta en la calle, por tener una empresa que la ley proteja y no amenace, por encontrar la leche medicada para su bebé, por salir a la calle sin su esposo y no generar una úlcera por pánico al robo, por estar en su apartamento sin ser secuestrada por delincuentes, porque la educación pública de sus niños esté garantizada y no politizada, porque conseguir citas médicas no sea proesa de 3 meses, por tener electricidad y agua potable en su casa, por tener acceso a una casa propia, porque solicitar algún documento en un ministerio no amerite gestor y más de 1.000 Bsf., en fin, por dormir tranquila, por salir a la calle con más probabilidades de llegar a casa viva, sana y con más (o con lo mismo) con lo que saliste.     

¿qué podía gritar mi alma, al ver cómo mi hermana metía su responsabilidad de madre y su vida en 2 maletas? ¿qué podía servirme de consuelo al saber que después de ese último beso, no vería 3 o 4 veces por semana a mis sobrinos, que me privaría de su crecimiento, de su inocencia, de su amor, de sus ocurrencias? ¿cómo calmaba el llanto de mi hermana mientras me decía "es muy duro salir de aquí, es la mesa que compartimos durante 32 años, son las cosas con las que me crié, son los abuelos que ya no verán siempre"? ¿qué podía decir yo cuando con lágrimas en los ojos le colocaba una pulsera a mi sobrinito mientras me decía "tía carla no me la voy a quitar nunca, te llevaré conmigo siempre"? ¿qué carajo podía sentir en ese preciso momento, en el que cerré la maleta de su carro y mi hermana sin palabras, corriendo como para ganarle la carrera al dolor, salía de la casa de su familia? La vi partir, esperé desconsoladamente en la calle hasta que de mi vista desapareció su carro. Lloré con la resignación de una relación a distancia...... ¿#grasiachiabetqm?

P.D: todos los links son de verificación a lo referido en el texto (lo de mayor especificidad), aunque mucho de lo mencionado no tenga cifras oficiales, los invito a revisarlos para ampliar información. Una vez más #grasiachiabetqm por nuestro desesperanzado acceso a la información.

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